
Educar en valores es participar en un auténtico proceso de desarrollo y construcción personal. Una participación que en lenguaje educativo consiste en crear condiciones pedagógicas y sociales para que dicha construcción se lleve a cabo de una forma óptima.
Educar en valores es en cierta medida "pragmatizar" y articular en las relaciones sociales y en las instituciones lo que se nos viene diciendo, hace ya muchos años, desde la filosofía moral, política y del derecho.
Con ello se abre la posibilidad de mirar más complejamente los procesos educativos. Estos no deben restringirse a la preparación en determinados saberes, sino que ante todo deben comprenderse como procesos de formación de una cultura ciudadana pluralista, democrática y solidaria. Educar en valores hoy es formar ciudadanas y ciudadanos auténticos que sepan asumir conscientemente los retos de la globalización y puedan comprometerse en la construcción de un mundo más justo, más inclusivo, equitativo e intercultural.
Entre los retos que la pedagogía aborda con más interés y esperanza en este nuevo milenio se encuentra el de educar en valores y aprender a valorar. La sociedad en la que vivimos reclama una atención pedagógica y social en cuestiones que trascienden los objetivos clásicamente instructivos de la sociedad industrial y que apuntan hacia la formación procedimental, actitudinal y ética de la persona a lo largo de la vida y de las comunidades en el horizonte de la sociedad civil.
En este contexto la formación del profesorado y de los profesionales de la educación en general, no puede limitarse a los saberes y destrezas que les permitan ejercer su tarea en el aula de forma satisfactoria. Debe incorporar de forma progresiva el aprendizaje de contenidos informativos y conceptuales que contribuyan a incrementar la densidad cultural, y en especial en nuestro caso, ética y pedagógica de los programas y acciones de formación del profesorado, tanto inicial como continua y permanente.
En la discusión filosófica contemporánea cada vez aparece de forma más clara la pertinencia de la reflexión sobre los temas de la filosofía práctica, es decir, sobre la moral, la ética, la democracia, la ciudadanía y los valores.
Por su parte, los avances de la psicología en la interpretación de los procesos de desarrollo y aprendizaje moral y el debate actual sobre los efectos de la globalización, no sólo económica, sino también en otros ámbitos de la creación humana y los efectos del progreso tecnológico, configuran un nuevo escenario en el que se debe ejercer la tarea de educar en valores. Tal tarea debe preparar para aprender a convivir y profundizar en valores éticos y democráticos en sociedades plurales. Se trata de formar ciudadanos para una sociedad que se realizará cada vez más en el marco de la problemática de la globalización, definida por el sentido y la complementariedad de "población, ambiente, desarrollo humano y democracia".
A través de la misma se pretende atender dos objetivos diferentes y a la vez complementarios. El primero consiste en ofrecer al profesorado y al público en general un conjunto de libros que les permitan formarse en aquellos ámbitos pedagógicos, psicológicos y filosóficos que, por las circunstancias que sea, no han frecuentado con anterioridad, siendo absolutamente necesarios para el ejercicio de su profesión, la cual, en la medida que es educadora, es pedagógica y ética. Se pretende incorporar , propuestas que integren elementos de fundamentación teórica con pautas para la práctica pedagógica y ejemplificaciones que faciliten la articulación y transferencia de buenas prácticas docentes en educación en valores.
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